REFLEXIONES PRELIMINARES PARA UN BUEN ESTUDIO
Se supone que el
estudiar es mi ocupación principal, puesto que estoy invirtiendo gran parte de
mi tiempo y recursos económicos en mi formación profesional. ¿Estoy realmente aprovechando
todas las oportunidades que se me brindan para mi educación, o las estoy
desperdiciando?
Una probable
indicación de mi madurez, no es tanto lo que yo prometa para el futuro, sino la
forma de enfrentar mis responsabilidades actuales:
¿Aprovecho las
horas de clase, o asisto solamente para que no me pongan falta? ¿Estudio sólo
para aprobar, o estudio para aprender bien? ¿Aprovecho los libros de texto, o
sólo los compro y los guardo? ¿Hago yo mismo las tareas o las copio? ¿Aprovecho
las horas de estudio o las desperdicio? ¿Resuelvo los exámenes yo mismo o trato
de copiarlos? ¿Me sujeto a un horario de estudio, o dejo todo para después?
Muchas veces me he
preguntado por qué algunas materias están en mi plan de estudios, si creo que
no son necesarias en mi carrera y sí pienso que no me interesan.
En algunos casos,
esas materias forman parte de la cultura general indispensable en un
profesional. En otros casos, sirven de requisito para entender cursos
posteriores, aunque aparentemente se crea que no tienen relación inmediata.
Tenemos la responsabilidad de estudiar y aprender también esas materias. A
medida que nos adentramos en ellas, el interés va aumentando.
Todas las materias
que están en un plan de estudios, son valiosas en diversos grados.
Como estudiante he
oído con frecuencia estas quejas:
"El profesor
deja muchas tareas, no explica bien su clase ni la hace interesante, exige
demasiado, pone exámenes muy difíciles y es injusto al calificar".
Es evidente que el
aprovechamiento de una clase, depende tanto del profesor como de los alumnos,
pero, la mayor parte de estas críticas, ¿no serán más bien excusas de los
estudiantes debido a cierta falta de dedicación, de concentración, o del deseo de
trabajar?. También es lógico que las clases no podrán ser interesantes cuando
se es indiferente a ellas o no se tiene la voluntad de intentar entenderlas.
No se adquiere una
educación profesional por inspiración. La educación no significa llegar a
poseer un mínimo de conocimientos con el menor esfuerzo personal. Para lograr
una profesión se requiere trabajo intenso y no sólo el uso de una pequeña parte
de la capacidad intelectual del individuo. Esto último es una de las fallas más
importantes de algunos estudiantes.
El éxito en mis
estudios depende de:
- Mi dedicación al estudio mediante una técnica adecuada.
- Una fuerte motivación pars la realización de ese esfuerzo.
El fundamento de
mi futuro en la vida profesional es mi actitud como estudiante, la forma de
enfrentar responsabilidades: en el estudio personal, en la importancia que
reconozca a los libros de texto, en mi actitud durante las clases y los
laboratorios, en la resolución de mis tareas y exámenes.
Un programa de mis
actividades como estudiante, orientado convenientemente y balanceado de modo
que permita el desarrollo de todas mis responsabilidades, aumentará mi calidad
humana, en lo académico, en lo espiritual, en lo social y en lo físico.
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